Es sorprendente la capacidad de despilfarro ilegal y materia de estafa, que promueven quienes menos dinero necesitan y más millones poseen. Juzguen con sus propios hábitos ahorradores adquiridos la última ocurrencia de la princesa de Arabia Saudí, Al-Sudairi, que intentó abandonar un hotel parisino con una deuda de seis millones de euros.
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Al Sudairi
Nosotras, por si a caso, seguimos ahorrando.
María Fraile Pérez
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