Antes de
comenzar a aprender a ahorrar debemos poner en claro que es aquello en lo que más
gastamos las mujeres. De este modo podremos localizar las fugas de dinero.
Hagamos un
recuento de la rutina diaria más comun de la mujer y así distinguiremos
los hábitos en los que estamos invertiendo.
Nos levantamos
y tomamos un baño. Esto implica, jabones especiales para cada tipo de piel y champú
y tratamiento capilar para cada clase de cabello. Claro, esto para las que son
autosuficientes en el mantenimiento del cabello. Porque aquellas que prefieren
las peluquerías, les toma mucho mas que una mascarilla de siete minutos, o sino veámoslo
en números. Recientemente la consultora española DBK realizó un informe del análisis de las peluquerías en España,
entre los resultados encontró que el importe total gastado de los
españoles en peluquerías este año es de 3.550 millones de euros. Aunque esto no
se compara a los 400
dólares que se gasta Catherine Zeta Jones
en un exótico tratamiento capilar a base de trufas y caviar iraní, o a los 3.000 dólares que Hillary Clinton gastó en dos sesiones
de peluquería, sigue siendo una cifra muy alta para un país en dificultades.
Después del baño procedemos al closet, lugar donde
comienza la verdadera batalla. A pesar de que las mujeres realizan el 70% de los gasto en compras de todo el mundo, nunca encontramos
que ponernos. Esta cifra fue revelada por el Boston Consulting Group (BCG), en el 2009. Esta investigación
también predijo que entre el 2011 y el 2014, el volumen de compras hechas por
mujeres aumentará hasta 15.000 millones de dólares. Aun así a la hora de vestir el gasto no solo es de dinero
sino también de tiempo. Hace varios años la revista Muy Interesante publico un articulo en el cual se estimaba que las
mujeres gastan en toda su vida el total de 17 meses vistiéndose, mientras los hombres solo
cinco.

Cuando finalmente logramos llegar a un acuerdo con el
closet y encontramos que llevar puesto, pasamos al tocador. Aquí se ponen en juego
los productos para el cuidado de la piel y el maquillaje. Según un estudio sobre “Nuevos hábitos de belleza”
elaborado por Serum7 de Boots Laboratories en el 2011, evaluando los cambios de la rutina de belleza en las mujeres españolas con la
llegada de la crisis, 47%
prefiere recortar sus gastos dedicados a ropa frente a los productos
cosméticos. Además el 85%
considera que la crisis no justifica un abandono de sus hábitos de belleza, pero, el 94% de las encuestadas, considera que la crisis les ha llevado a
buscar productos más eficaces. Una actitud similar debería tomar Demi Moore. La actriz ha llegado a gastar 450.000 dólares -más de 350.000 euros-
en retoques, tratamientos faciales e inyecciones de colágeno.
Una vez listas
estamos para salir, debemos antes tomar un desayuno, por supuesto a este no le
dedicamos tanto tiempo como al closet o al espejo pero si le prestamos el mismo
cuidado. Como en la cocina no puede haber secretos, admitamos que nosotras tendemos gastar mucho más dinero en productos que contiene muchas menos
cosas. Pagamos casi el doble por un litro de leche deslactosada-semidescremada
con 0% grasa y 0% azúcar, o invertimos en galletas de 15% fibra y 90% menos de
gluten. Lo mismo ocurre con los múltiples tés y pastillas para bajar de peso
que vemos en la televisión y probamos cada semana. Además con el descubrimiento
de los tratamientos estéticos, hemos encontrado otro ente de inversión. Por ejemplo, Jennifer Aniston emplea 20.000 dólares al mes -unos 12.000
euros- en tratamientos anticelulíticos, sesiones privadas de yoga y dietas
personalizadas.
Cuando por fin
logramos salir de casa, nos programamos para dar lo mejor de nosotras en nuestras
actividades laborales o estudiantiles y , cuéstenos lo que nos cueste, procurar
vernos bien mientras lo hacemos. El problema es que ahora ya sabemos cuanto nos cuesta, ¿estamos dispuestas a seguir pagandolo a ese precio?
