.

jueves, 20 de septiembre de 2012

¿Cómo ahorran "Los grandes" a lo largo de la historia?

Mi abuela, una fanática de la moda y acérrima seguidora del impecable vestuario de Jaqueline Kennedy, es nuestra mayor infiltrada en el mundo de la moda. Posiblemente sea de ella de quien hayamos heredado, mi madre y yo, esa especial vocación.
Ella es el mejor empleo de generación, de cambio y diferencia entre pasado y presente. Por ella han pasado ya, nada más y nada menos que setenta décadas. Y como la experiencia es madre de la ciencia, ¿quién mejor que ella, para informarnos sobre la historia del ahorro en las empresas de moda, o cualesquiera que hayan ahorrado?

En 1755, Charles Fredrik Wiesenthal lanza al mercado el dispositivo que cambiaría para siempre, el modo de concebir al mismo: La máquina de coser.
Aunque ciertamente, no hace falta remontarnos muy atrás en el tiempo para llegar al momento en que aparecieron las primeras "firmas prestigiosas"o "empresas de moda", al menos del modo en que las conocemos hoy.
Un menesteroso comercio por cada relación comarcal. Lo que, finalmente, se reducía a las capitales.
¿Qué como ahorraban? No lo hacían. Simplemente no tenían que gastar, ni donde hacerlo.
Ni contaminación lumínica, crisis económica, o calentamiento global. Si lo necesitabas, hacías lo imprescindible por conseguirlo.



Con la llegada del capitalismo, la sociedad cambió, y con ella, las empresas.
Se desarrollaron estrategias de ahorro en costes de producción, fabricación y distribución. Pero que no pretendían otra cosa, que un mayor éxito que sus compañeros.
Comenzaba así, la carrera de la competitividad empresarial, en moda, gravemente incrementada.
Sus claves, sencillas pero drásticas. Aumentar beneficios reduciendo los costes; costes que procedían de la reducción de personal sustituida por las máquinas eléctricas de la nueva tecnología.
Esta nueva revolución multimedia trajo consigo la aparición de "la publicidad"como elemento idóneo para la imagen y propaganda de toda empresa. El modo en que las empresas despilfarraron sus recursos en campañas inútiles y malogradas, es el ejemplo perfecto de como "NO" debemos ahorrar.


¿Hoy? El ahorro se ha obcecado en la contaminación y el cambio climático.
Sin embargo, y por suerte, las empresas han intentado reducir sus estrategias de ahorro de personal, facilitadas por un nuevo concepto; "Fichar", con el que se pasaba revista a la presencia y eficacia de los mismos, y re-dirigirlas hacia otras de índole material como el uso de marcas blancas para los cartuchos de tinta de impresión, o el uso de nuevos medios comunicativos, como twitter o hotmail, para reducir en gastos de distribución.

Parece que el truco no está en cesar de consumir, sino en hacerlo "con cabeza".
"Reducir, re-usar y reciclar" para ahorrar fructíferamente.
Sea el tiempo que sea, sea el ámbito que sea -decía mi abuela.



Eso y no gastar mucho dinero, claro.
María Fraile Pérez-

No hay comentarios:

Publicar un comentario