Muchos confunden el término "ahorrar" con "ser frugal": el frugal gasta con cabeza (invierte), el ahorrador (compulsivo, tal vez), tiene miedo a hacer uso de su dinero. Los amigos de Ingvar le llaman "tacaño", sin embargo él expone que solo desembolsa en lo estrictamente necesario. Por esta razón sigue conduciendo un Volvo de 18 años, vuela con compañías de bajo coste, se aloja en hoteles baratos... El dinero que acumula podría ser utilizado, como muchos otros "ricachones", en todo tipo de extravagancias (existe una amplia gama de ejemplos), pero este hombre decide emplearlo en fundaciones filantrópicas.
Por supuesto, queridas amigas, no pretendemos que vosotras hagáis lo mismo. Comprendemos que no tenéis unos ingresos que os sitúen en la élite de las personas más ricas del mundo como a este sueco. No obstante, es interesante que toméis nota del concepto de frugalidad: ir a lo barato. No es cuestión de empezar a ducharse con abono de vuestro perro, ni salar de salar la comida con las lágrimas, simplemente hay que poner la cabeza en el desembolso dejándose llevar por la regla de la relación de "calidad-precio".
Por último, os dejo un vídeo con el contra-ejemplo.
Recordad: nosotras también ahorramos.
Sofía Garamendi
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