Por: Camila Del Villar
En estos tiempos de crisis ahorrar es
una obligación. Algunos lo hacen compartiendo un menú en Mc Donalds
entre dos, otros se guardan un euro en la alcancía diariamente y la
mayoría toma diez por ciento de su sueldo mensualmente y lo abona a
una cuenta bancaria. Esta práctica ha sido una de las
manifestaciones de supervivencia humana desde las primeras
civilizaciones. En la antigua China y Egipto, donde se acostumbraban
a guardar el fruto y las cosechas porque se sabía que más adelante,
en época de sequía, esta no sería tan abundante.
Entre las primeras formas de ahorro
destacan los pósitos. Estos surgieron durante el Antiguo Régimen y
consistían en enormes depósitos de cereal que servían para
almacenar las reservas que podían alimentar a la población en
tiempos difíciles o ayudar a ciudadanos pobres. El éxito de los
pósitos fue tanto comenzó a ser aplicado por los romanos, hasta
llegar a Castilla y otros lugares del continente europeo. Los pósitos
estaban bajo el control del gobierno y había todo un sistema para la
administración de estos.
(imagen)
Pósitos de Campo de Criptana
(Castilla)
Más adelante cerca del siglo XVII
surgieron instituciones financieras más complejas como el Monte de
Piedad. Estas fueron fundadas por los Franciscanos en el norte y
centro de Italia. los dineros que se guardaban aquí no eran para el
uso de sus aportantes, sino para ayudar a quienes necesitaran
prestamos en la época. Este sistema de donaciones. manejado por la
iglesia, después tomó una forma más sistematizada con la llegada
de las cajas de ahorro, instituciones de crédito sin animo de lucro
que querían fomentar el ahorro del pueblo y al mismo tiempo asistir
económicamente a los pobres. La primera de estas estuvo en Jerez en
1842, después se instalaron más en España. No obstante, para que
las personas no subestimaran la ayuda prestada por las cajas de
ahorro, se establecieron intereses a corto plazo y así se logro
promover el valor del trabajo y, por supuesto, del ahorro. Las cajas
de ahorro después siguieron funcionando al pie de los bancos, la
figura actual del ahorro.
(imagen)
Banco Bilabao Vizcaya Argentaria
Aunque fue siglos atrás cuando por
primera vez el hombre sintió la necesidad de ahorrar, es hoy cuando
más necesita recordar este sentimiento. En momentos difíciles, la
optimización de nuestros recursos y el provecho de nuestros ingresos
es clave para salir adelante. Así sea con un cochinito de alcancía
o con un plan de jubilación, hay que retomar esta práctica del
pasado para poder garantizarnos un futuro.
(imagen)
Bibliografía:
Gatti,
Serafino. 2003. Los
orígenes del Monte Piedad
en PIGNUS Revista Internacional de Crédito Prendario. Año 2003,
Número 20, Volumen XIII
Diccionario
enciclopédico popular ilustrado Salvat (1906-1914)
http://www.economia.com.mx
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