En estos tiempos de crisis ahorrar es una
obligación. Algunos lo hacen compartiendo un menú en Mc Donalds entre dos,
otros es guardan un euro en la alcancía diariamente y la mayoría toma diez porciento de su sueldo
mensualmente y lo abona a una cuenta bancaria. Esta practica ha sido una de las
manifestaciones de supervivencia humana desde las primeras civilizaciones. En
la antigua China y Egipto, donde se acostumbraban a guardar el fruto y las
cosechas porque se sabía que mas adelante, en época de sequia, esta no seria
tan abundante.
Entre las primeras formas de ahorro se
destacan los pósitos. Estos surgieron durante el Antiguo Régimen y consistían
en enormes depósitos de cereal que servía para almacenar las reservas que
podían alimentar a la población en tiempos difíciles o ayudar a ciudadanos
pobres. El éxito de los pósitos fue tanto comenzó a ser aplicado por los romanos, hasta llegar
a Castilla y otros lugares del continente europeo. Los pósitos estaban bajo el
control del gobierno y había todo un sistema para la administración de estos.
Más adelante cerca del siglo XVII
surgieron instituciones financieras más complejas como el Monte de Piedad.
Estas fueron fundadas por los Franciscanos en el norte y centro de Italia. los
dineros que se guardaban aquí no eran para el uso de sus aportantes, sino para
ayudar a quienes necesitaran prestamos en la época. Este sistema de donaciones.
manejado por la iglesia, después tomó una forma más sistematizada con la
llegada de las cajas de ahorro, instituciones de crédito sin animo de lucro que
querían fomentar el ahorro del pueblo y al mismo tiempo asistir económicamente
a los pobres. La primera de estas estuvo en Jerez en 1842, después se
instalaron más en España. No obstante, para que las personas no subestimaran la
ayuda prestada por las cajas de ahorro, se establecieron intereses a corto
plazo y así se logro promover el valor del trabajo y, por supuesto, del ahorro.
Las cajas de ahorro después siguieron funcionando al pie de los bancos, la figura actual del ahorro.
Banco Bilabao Vizcaya Argentaria
Aunque fue siglos atrás cuando por
primera vez el hombre sintió la necesidad de ahorrar, es hoy cuando más necesita
recordar este sentimiento. En momentos difíciles, la optimización de nuestros
recursos y el provecho de nuestros ingresos es clave para salir adelante. Así
sea con un cochinito de alcancía o con un plan de jubilación, hay que retomar
esta práctica del pasado para poder garantizarnos un futuro.
Bibliografía:
Gatti, Serafino. 2003. Los
orígenes del Monte Piedad en PIGNUS Revista Internacional de Crédito
Prendario. Año 2003, Número 20, Volumen XIII
Diccionario enciclopédico popular ilustrado
Salvat (1906-1914)
http://www.economia.com.mx
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